En el pasado, se desaconsejaban los deportes y la actividad física para las personas con un trastorno hemorrágico como la hemofilia. Ahora que ya existen más opciones de tratamiento disponibles, se recomienda que niños y adultos realicen actividades físicas a pesar de tener una afección hemorrágica.
Un estilo de vida activo tiene muchos beneficios para las personas con trastornos hemorrágicos, incluida la ayuda para prevenir hemorragias musculares y articulares. La actividad física también puede ayudar a mantener un peso saludable, fortalecer los músculos alrededor de las articulaciones y mejorar la salud emocional.